Gracias a la Carretera Interoceánica, un proyecto de obra que une a Brasil con el litoral pacífico de Perú, los campesinos del pequeño pueblo de Pacaje, en lo alto de los Andes del Sur de Perú, ahora pueden viajar a la capital de la provincia por un camino asfaltado y llegar en tres horas a la ciudad, en lugar de tener que caminar durante siete horas por un camino de tierra.
Este proyecto ha brindado una muy necesaria accesibilidad a los pueblos de la región. Sin embargo, el precio a pagar por este progreso ha sido muy alto.
Sin consultar a los pastores de alpacas y los agricultores de Pacaje, los ingenieros asfaltaron las tierras cultivables de la comunidad y demolieron formaciones rocosas sagradas, lo que generó el enojo de sus deidades locales.
La Asociación de Servicios Educativos Rurales (SER) ha documentado la construcción de la carretera que atraviesa aldeas andinas como Pacaje para demostrar el impacto que ha causado en los pueblos indígenas que viven a lo largo este trayecto. Asimismo, han tomado la iniciativa a la hora de debatir a nivel nacional las preocupaciones locales sobre la Carretera Interoceánica y seis proyectos hidroeléctricos financiados por inversionistas brasileros.
A través de su servicio de noticias, revistas sobre políticas públicas y foros públicos, SER está ayudando a líderes comunitarios a que su voz llegue a las autoridades de Lima en un momento en el que el conflicto social, especialmente en las áreas rurales, se está viendo exacerbado. Al fomentar el debate entre las poblaciones locales, los gobiernos regionales y los encargados de tomar decisiones en Lima, SER está ayudando a mitigar los conflictos y prevenir enfrentamientos violentos tales como el ocurrido el pasado junio en la región amazónica entre protestantes indígenas y la policía que tuvo como resultado 22 muertos.
SER ha reunido a autoridades nacionales y regionales con alcaldes locales, a fin de diseñar políticas que protejan mejor la biodiversidad de las regiones amazónicas y andinas del Perú. Entre los problemas más controvertidos objeto de análisis se encuentra el proyecto hidroeléctrico Inambari, el cual ha causado protestas locales y huelgas porque podría inundar las tierras de cultivo utilizadas por unas 15.000 personas.
Incluso proyectos que cuentan con un apoyo general, como la Carretera Interoceánica, representan una promesa y un peligro para las comunidades afectadas. Los líderes locales están deseando que el transporte sea mejor y que haya más trabajo, pero temen que haya un rápido influjo de extranjeros, que acarree una mayor tala ilegal de árboles, explotación de oro no autorizada, contrabando, prostitución y tráfico de drogas.
Si bien ninguno de estos problemas es nuevo para la región, la nueva carretera podría empeorarlos, escribe Aldo Santos de SER. "Ciertamente la [carretera] Interoceánica Sur es “una bendición” para muchos, pero una promesa a medias, cuando de lo que se trata es de mejorar las condiciones de vida de las miles de familias que viven en Cusco, Puno y Madre de Dios..."