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Cómo la inversión de impacto en una plataforma digital puede promover los derechos laborales de trabajadoras domésticas en América Latina

Dos mujeres en una cocina
Foto de dos trabajadoras domésticas que están en la plataforma Symplifica en su lugar de trabajo en Bogotá, Colombia. © Symplifica

Cuando estalló la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, una joven brasileña que trabajaba en Río de Janeiro se preocupó aún más por su madre y su abuela. Ambas seguían trabajando como empleadas y ayudantes domésticas, desplazándose por horas en transporte público para trabajar en las casas de otras personas, y no podrían dejar de trabajar porque necesitaban desesperadamente el dinero y no dependían de ningún tipo de apoyo gubernamental. Juliana França respondió lanzando una campaña pública, “Pela vida de nossas mães”, o “Por la vida de nuestras madres”, para visibilizar la difícil situación de las/os trabajadoras/es domésticas/os; 87.000 personas firmaron una petición para garantizar la protección de salud paro los empleos de las/los trabajadoras/es domésticas/os en el país durante la pandemia.

Durante la pandemia surgieron esfuerzos similares a pequeña escala en toda América Latina, que incluían peticiones de donaciones y programas de ayuda mutua, ya que la crisis de COVID reflejó la profunda vulnerabilidad de las personas, en su mayoría mujeres, que trabajan para otras familias a puerta cerrada. Nadie sabe las cifras exactas, pero se estima que hay 18 millones de trabajadoras/es domésticas/os en América Latina, y tres de cada cuatro están empleadas/os informalmente.

Las/os trabajadoras/es domésticas/os normalmente no tienen acceso a seguridad social, seguro de accidentes o atención médica con respecto a su empleo. No se les paga una licencia anual ni licencia por enfermedad. Pueden percibir menos del salario mínimo y trabajar más de la jornada laboral máxima. Muchas/os trabajadoras/es no solo son pobres, sino que reciben un trato discriminatorio porque provienen de comunidades étnicas; todos están en riesgo de explotación, violencia, acoso y trabajo forzado.

Formalmente, los gobiernos de todo el mundo, incluso de América Latina, se han comprometido a abordar estos problemas. En el 2011, los estados miembros de la Organización Internacional del Trabajo acordaron un convenio que garantiza a las/los trabajadoras/es domésticas/os los mismos derechos laborales que a las demás personas con empleo remunerado, de los cuales han estado excluidas/os históricamente. Dieciséis países de América Latina y el Caribe han ratificado el tratado hasta el momento, pero existe una gran brecha entre ratificar un tratado y ampliar los marcos legales nacionales, hacer cumplir la ley y mejorar las condiciones de las personas que trabajan solas en el hogar de otras personas.

Este desafío existe incluso en las economías más prósperas. En los Estados Unidos, los defensores de los derechos de las/los trabajadoras/es domésticas/os, en particular la Alianza Nacional de Trabajadoras/es domésticas/os, se han enfocado en organizar a las/los trabajadoras/es domésticas/os y promover iniciativas de autoayuda mutua, como la plataforma digital Alea, que brinda servicios de ahorro mutuo y de seguros básicos.

En la actualidad, en América Latina, la rama de inversión de impacto de Open Society, el Soros Economic Development Fund, está apoyando los esfuerzos de Symplifica, una empresa con sede en Colombia con algunas similitudes. Symplifica opera una plataforma en línea en Bogotá, la capital colombiana, que ha abordado la problemática inicialmente a través de los empleadores, quienes están obligados legalmente desde el 2015 a registrar sus contratos de trabajo con sus trabajadoras/es domésticas/os.

Los datos limitados disponibles sugieren que, al día de hoy, menos del 20 por ciento de las/os trabajadoras/es domésticas/os en Colombia están registradas/os (y muchos piensan que esa cifra es una sobreestimación). La carga de tiempo y la complejidad del proceso de registro en Colombia es una de las razones clave de los bajos niveles de cumplimiento.

Symplifica identificó esta brecha de mercado y actualmente ofrece a los empleadores una suscripción mensual que ayuda a inscribir legalmente a las/los trabajadoras/es domésticas/os en los sistemas de seguridad social, formalizar contratos por escrito y administrar los pagos mensuales de las/los trabajadoras/es domésticas/os. Hasta el momento, la empresa ha formalizado más de 15.000 relaciones laborales; para la mayoría de las/os trabajadoras/es, esto significó su primera participación en los programas nacionales de seguridad social, lo que también permite el acceso al apoyo social y los subsidios del gobierno, mientras que todos ganan al menos el salario mínimo en comparación con menos de la mitad que se estima que lo hace a nivel nacional. 

Con el tiempo, la empresa espera comenzar a ofrecer más productos y servicios, como cuentas bancarias, programas de recompensas y seguros de vida, además de brindar información sobre sus derechos a las/los trabajadoras/es domésticas/os.

El Soros Economic Development Fund está invirtiendo $1,75 millones para apoyar los esfuerzos de expansión de Symplifica, tanto dentro de Colombia como en América Latina. Mediante la formalización del trabajo de miles de trabajadoras/es domésticas/os, el Soros Economic Development Fund cree que esta plataforma puede mejorar directamente la vida de muchas personas, dándoles a las/los trabajadoras/es domésticas/os una voz colectiva más fuerte, tanto con sus empleadores como con sus gobiernos.

El objetivo es, en última instancia, el pleno reconocimiento del trabajo doméstico como trabajo y de las/os trabajadoras/es domésticas/os como trabajadores con derecho a un salario, protección y condiciones de trabajo dignos. Pero reconocer plenamente el valor y la importancia del trabajo doméstico requiere cambios extensos, no solo en las leyes y reglamentos, sino también en la práctica y la cultura.

En esta pandemia tan terrible, han aparecido algunas señales de este tipo de cambio, incluyendo el debate público en Brasil impulsado por personas como Juliana França. Este camino debe continuar después de la pandemia, para así sacar al trabajo doméstico de las tinieblas.

Symplifica es una inversión de Open Society Foundations.

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