Skip to main content
Newsroom Press release

El fracaso del sistema de deuda mundial cuesta vidas

NEW YORK—Una nueva investigación realizada con el apoyo de la Open Society Foundations muestra que los retrasos en la resolución de las crisis de deuda soberana en algunos de los países más pobres contribuyen significativamente al coste humano de los impagos, reduciendo el crecimiento económico, reduciendo la esperanza de vida y empeorando las tasas de mortalidad infantil.

Dicho análisis, titulado El Coste Humano del Fracaso del Sistema de Deuda Mundial (The Human Costs of the Failing Global Debt System, en inglés), se basa en investigaciones publicadas el año pasado por el Banco Mundial, que mostraron cómo caer en situación de impago (o "default") causa daños económicos y humanos que empeoran con el tiempo.

El impago de la deuda soberana ocurre cuando los países no logran pagar sus deudas a tiempo, sea en forma de intereses o de pagos principales hacía acreedores, ambos domésticos e internacionales. Esto, normalmente, lleva a la renegociación de los términos del préstamo. La investigación analizó los datos de 131 impagos de deuda soberana alrededor del mundo desde el año 1900.

Los autores de este nuevo informe, Clemens Graf van Luckner y Juan Farah-Yacoub, concluyen que, además, cuanto más tiempo le lleve a un país alcanzar un nuevo acuerdo con sus acreedores, mayor es el incremento en el coste humano.

  • Cuando la crisis de deuda soberana de un país se resuelve en menos de tres años, la mortalidad infantil diez años después del default es 2,2 puntos porcentuales mayor de lo que se hubiese esperado. Pero cuando el default continúa durante más de tres años, la diferencia asciende a unos impresionantes 11,4 puntos porcentuales más.
  • En los países analizados en este informe, la esperanza de vida diez años después del default cae en más de un año, de media, comparado con lo que hubiese sido si el default no hubiese ocurrido.
  • Adicionalmente, el déficit en la tasa de aumento del output económico real per cápita se dispara en 2 puntos porcentuales el primer año del impago, en comparación con lo que hubiese ocurrido en caso de no haber habido default. De ese punto en adelante, crece una media de 1.5 puntos porcentuales por año. En el lapso de una década, la brecha crece hasta cerca de 14.5 puntos porcentuales.

Las observaciones resaltan los graves daños causados por la incapacidad del actual sistema financiero mundial de ofrecer una resolución rápida a los países en default, debido, en parte, a la participación de una mezcla cada vez más compleja de acreedores, que incluye instituciones financieras internacionales como bancos de desarrollo, bancos comerciales, acreedores soberanos como China, y acreedores comerciales privados.

El informe también resalta el caso de Zambia, que entró en impago de deuda externa en noviembre de 2020 a causa de las dificultades económicas causadas por la pandemia de coronavirus. El país todavía no ha conseguido cerrar un acuerdo de pago de deuda exhaustivo con sus acreedores, públicos y privados, y el Fondo Monetario Internacional. Se estima que el total de su deuda es de $18 mil millones.

Los autores del informe calcularon que, según un cálculo aproximado usando las tasas de natalidad de Zambia en 2020, el actual default del país causará el fallecimiento adicional de 3079 bebés antes de cumplir el primer año de vida para el 2030, en caso de que se prolongue. 

Mark Malloch-Brown, presidente del Open Society Foundations, dijo: “Las conclusiones aquí expuestas ilustran crudamente cómo un sistema financiero mundial disfuncional está causando un trágico sufrimiento humano que es totalmente evitable. Los líderes reunidos en París deben comprometerse a realizar las reformas urgentes que el mundo necesita para hacer frente tanto a la agudización de la pobreza como al empeoramiento de la crisis climática.”

La Open Society Foundations, junto con una amplia variedad de grupos de la sociedad civil, están intentando presionar a los líderes reunidos en la Cumbre de París para que se comprometan con políticas que reformen significativamente los procesos de restructuración de la deuda internacional, para permitir la resolución justa y sostenible del impago, en un plazo de tiempo apropiado. Esto incluye:

  1. Que los Estados establezcan un proceso claro con calendario fijo para alcanzar acuerdos y "remediar" el impago ─ no puede volver a darse el caso de Zambia, que pasó 3 años en un limbo─.
  2. El FMI debe usar más agresivamente su autoridad para "proveer préstamos en situaciones de retraso", lo cual implicaría lanzar su programa de financiación incluso si algunos acreedores se niegan a aceptar nuevos términos de reducción de deuda. Los préstamos de estos acreedores no se pagarían, pero todos los demás participantes sí recibían el pago. 
  3. No se debería permitir que los acreedores privados (incluidos los titulares de bonos soberanos) se nieguen a aceptar la liquidación de deuda que acuerden los países acreedores, y luego esperen que se les pague con los beneficios de ese alivio, o que utilicen los tribunales para obtener el reembolso total.
  4. Las instituciones financieras internacionales necesitan mucha más financiación por parte de los países desarrollados para poder contar con los recursos necesarios para permitir el crecimiento económico y evitar futuros impagos.

Read more

Subscribe to updates about Open Society’s work around the world

By entering your email address and clicking “Submit,” you agree to receive updates from the Open Society Foundations about our work. To learn more about how we use and protect your personal data, please view our privacy policy.